La misma estafa es cobrar por un curso que no has impartido, que cobrar por un curso en el que los alumnos no han aprendido.

fraude-mundo-paisDe los que hemos realizado cursos bonificados, subvencionados o popularmente denominados “gratis”, es difícil que ninguno nos hayamos encontrado con situaciones similares a las que narro a continuación. He «CLASIFICADO» además este tipo de estafas:

  • ESTAFA DEL TÍTULO ERRÓNEO. Han realizado un curso con un título que nada tiene ver con el contenido del curso. Por ejemplo, vas a un curso denominado “Internet aplicado a la venta” y el profesor, descubre que sus alumnos no saben nada sobre internet, y el curso se centra en conceptos básicos de internet. Los objetivos iniciales del curso se olvidan y se sustituyen por otros.
  • ESTAFA LITERARÍA. Han realizado un curso a distancia, con un contenido en formato libro, aburrido, monótono, y resultado de un ctrl-c ctrl-v, que posiblemente ni el mismo profesor se haya leído… pero, se encuentra la “feliz” sorpresa de que al final del manual, aparece el examen con las respuestas correctas en la siguiente página. Algunos, pero pocos, pero que muy pocos, no miraran la respuesta, y dejan el libro para leerlo más tarde, cuando tengan más tiempo. Posiblemente todavía esté en las estanterías sin leer.
  • ESTAFA HORARIA. Han realizado un curso de 80 horas, que sin embargo, no le han dedicado más de dos tardes. En este caso, incluso algun alumno puede llegar a pensar que es “superdotado”. Sin embargo, recuerdo que los cursos se «cobran» en función del número de horas.
  • ESTAFA TECNOLÓGICA / JAMONERA. Han realizado un curso que sabía que no le servía para nada pero se ha dejado llevar por la promoción. Me explico, si haces un curso te regalamos una Tablet, o un reproductor de DVD, o un jamón, o incluso un cheque regalo de centros comerciales.
  • ESTAFA DESPROFESIONALIZADA. Han realizado un curso presencial, y han observado que la persona denominada “docente” no tiene formación como docente, es más en ocasiones no tiene ni formación sobre lo que pretende formar. Al final, como sabemos que cobra poco y mal, y los partes de firmas de días anteriores están junto al parte del día… y bueno, quien firma un casillero firma tres.

A lo mejor, estos ejemplos pueden parecer alarmistas, sensacionalistas, oportunistas o que sencillamente quieren obtener una sonrisa del lector, sin embargo, voy a añadir un caso más que expuso D. Alfonso Luengo Álvarez-Santullano, Director Gerente de la Fundación Tripartita, en las 1ª Jornadas Profesionales de la Formación. Una empresa Sevillana llamó a su suegra que regenta una farmacia ofreciéndole montarle una página web para la farmacia a cambio de simular que realizaba un curso. http://youtu.be/2-293c3wCNI?t=41m (minuto 41) ESTAFA DE INTERCAMBIO.

Pero ¿qué tiene esto que ver con la pedagogía? Posiblemente muchas respuestas están en varias entradas publicadas en este blog. Pero las repuestas también las adelantaba en las mismas Jornadas el Director Gerente de la Fundación Tripartita: “Hemos pasado mucho tiempo hablando de dinero y muy poco hablando de formación y de calidad”

No puedo estar más de acuerdo con él. Ahora queda logar un gran reto, establecer que requisitos tiene que tener una formación de calidad, y ese reto, para ser superado, necesita del apoyo pedagógico.

Considero muy acertado hacer esfuerzos para eliminar la estafa económica, pero esta está muy vinculada a la calidad de la formación. Si conseguimos un sistema transparente respecto a la financiación, debemos iniciar en paralelo un esfuerzo en mejorar la calidad, y para ello, es indispensable profesionalizar la formación, en especial desde la perspectiva pedagógica. De nada vale que no nos estafen regalando páginas web o reproductores de DVD si los cursos siguen sin cuidar la relación entre aprendizaje y expedición de títulos, si los cursos siguen superándose sin que exista un mínimo aprendizaje a cambio. En definitiva, no solo hay que profesionalizar la gestión, además hay que profesionalizar el proceso de aprendizaje, y los profesionales de la educación, y por tanto del proceso de enseñanza aprendizaje deben tener un papel protagonista.

Por otra parte, los profesionales de la educación, entre ellos destaco a los pedagogos, debemos tener en el punto de mira profesional el ámbito de la formación. Lamentablemente ni el sector de la formación cuenta lo suficiente con la pedagogía, ni la pedagogía contempla plenamente en sus perspectivas su actuación en la formación.

Afortunadamente, tanto los Planes de Bolonia, con la incorporación de nuevos itinerarios cercanos a la formación empresarial a las titulaciones de pedagogía, como la aparición de normas como la Norma UNE 66181:2012, o la presencia cada vez más destacada de sistemas e-learning y su necesaria gestión pedagógica, y como marco un cambio legislativo en el sistema de formación profesional auguran una mejora en la calidad de la formación, que pasa indiscutiblemente por una mejora en la transparencia, tanto económica, como pedagógica.

La misma estafa es cobrar por un curso que no has impartido, que cobrar por un curso en el que los alumnos no han aprendido.

 

2 respuestas a «La misma estafa es cobrar por un curso que no has impartido, que cobrar por un curso en el que los alumnos no han aprendido.»

  1. Es importante que la sociedad piense y debata, y esta clasificación tiene su valor, aunque cada cuál haría la suya propia en función de su experiencia vital.

    Yo opino que a nuestra sociedad le faltan «horas de vuelo» y le sobra «opinión sobre temas triviales»; preferimos un buen aplauso a favor a un buena crítica en nuestra contra, porque somos como niños pequeños jugando a gigantes.

    Me explico. Según mi parecer si viajásemos más, de trabajo (no sólo de placer, aunque todas las horas de vuelo valen), y conversásemos con personas de otras regiones del mundo donde la democracia se trabaja (no sólo se exige a los que nos gobiernan), seríamos al menos más capaces de transformar nuestra realidad.

    No hablo de asambleas ni de que muchos votos hacen un buen partido ni un buen gobierno, porque la experiencia de los que me rodean estos días dice que: «En España la sociedad es un reflejo de la estructura de los partidos políticos, viejos o de nueva creación. Hay un líder, que normalmente se dedica a hablar y a mandar, y una masa que se dedica a aplaudir y a votar; aquí termina la historia, porque si alguien se atreve a hacerlo al revés peligra la cabeza de uno o del otro».

    Hoy en día, y usemos los escándalos de la formación como excusa válida, vivimos muy preocupados «por lo que está pasando» y porque «no tenemos a quién votar», pero ¿tenemos agallas y experiencia democrática suficiente para dejar de pedir y empezar a ser nosotros parte de la solución? No hablo de revoluciones, pero sí de escribir en un papel: «Qué voy a hacer yo esta semana para mejorar mi vida», sin esperar a que otro te la solucione, y los individuos alcanzaremos un nivel mínimo de madurez para después querer ser una SOCIEDAD, de la que sentirnos orgullosos. Este país se ha acostumbrado a que los demás hagan y se equivoquen, que ya estaremos nosotros aquí para ser los mejores criticando.

    El hecho es que opino que en nuestro país hay miedo y falta de preparación colectiva (de la que se aprende en la aulas y de la que da la VIDA con mayúsculas), y parte del fraude procede del miedo, no a denunciar al otro, sino a invertir las horas de vuelo necesarias para saber proponer alternativas válidas, y no tener que lamentarnos porque «no tenemos a quién votar».

    La solución a los escándalos de la formación no está en destinar los fondos a otra cosa, porque la solución al hambre por ejemplo no es esperar a que se mueran los hambrientos; y tampoco está la solución es meter en la cárcel a todos los que han defraudado por algo porque nos quedamos con pocos ciudadanos en la calle, sino tal vez en reconocer que somos una sociedad inmadura y poco preparada para los retos que tenemos por delante, además de que queremos salir de las crisis sólo votando (nos vale con tener derecho al pataleo para que «aprendan la lección»).

    Mi experiencia es que donde un inepto va a la cárcel otro candidato está opositando a inepto, así que cuando ocurre esto lo más conveniente es fabricar y estimar a personas capacitadas para hacer sociedad: fabricarnos a nosotros mismos, para hacerlo mejor los días que nos queden por vivir.

    Nuestro abuelos y bisabuelos tuvieron que ganar a pulso un sistema de bienestar que sólo durará el tiempo que tardemos en hacerlo desaparecer por nuestra falta compromiso con el día a día. Ellos tenían horas de vuelo: a Alemania, a Suiza, a Rusia, a Brasil…, y querían formación; nosotros tenemos el mundo a tres horas de vuelo y «mucha formación», pero la realidad a mi parecer es que nos sobran títulos, carecemos de sentido de sociedad y nos faltan experiencias para decir algo nuevo, incluso a los que hoy presumen de ser la solución a los problemas, claro.

    En cuanto al miedo os diré que quien más miedo tiene es siempre el poder, porque tiene algo que perder: el propio poder, así que si queréis estar al mando no tengáis miedo y no dudéis en reconocer vuestras limitaciones al tiempo que las corregís. Yo huiría de soluciones sociales tremendistas que vosotros mismos no aplicaríais a vuestras propias vidas cotidianas, lo que no significa que sigamos anclados en mirar para otro lado, porque esto sí que es tener miedo.

    Hace falta formación vs sobran títulos académicos.

    Post data: No suelo escribir en foros y seguiré sin hacerlo.

    1. Muchas gracias por tu estupenda aportación. Me quedo con esta frase: «Mi experiencia es que donde un inepto va a la cárcel otro candidato está opositando a inepto». Mi papel como profesor universitario, como profesional del sector de la formación, y como persona es mejorar la capacitación de mis alumnos. Creo que enmendar errores desde la base es una solución lenta, pero segura. Gracias de nuevo por tu esfuerzo.

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